Este documento es una carta enviada a Blas Infante por la Sección de Estepona del Centro Andaluz el 11 de abril de 1924. La misiva no aparece firmada. 

A través de su lectura podemos apreciar, por un lado y gracias a su membrete, que en esa localidad próxima a Casares estuvo radicado un núcleo andalucista tan importante como para crear una «sección» del Centro Andaluz. Los centros andaluces eran órganos de difusión del andalucismo por medio de numerosas actividades y publicaciones. Según sus Estatutos, sólo había un «Centro Andaluz» común para toda Andalucía, y en las localidades se creaban las «secciones». 

Este escrito se le manda a Isla Cristina. En 1924, en plena Dictadura de Primo de Rivera, bajo el reinado de Alfonso XIII, Infante lleva un año «exiliado», retirado de la vida pública hispalense y andaluza. Con la llegada de la Segunda República, en 1931, vuelve al escenario político en Sevilla.

El manuscrito es una muestra de los contactos continuos del líder andalucista con su comarca natal. Como es sabido, Infante nace el 5 de julio de 1885 en la localidad de Casares, en la zona más occidental de la provincia de Málaga, a pocos kilómetros de la costa, próxima a Estepona. Aunque para muchas personas el lugar de nacimiento es un dato más en el currículum, en Blas Infante, esto no sucede. El andalucista mantiene a lo largo de su vida y obra una estrecha relación que marca su trayectoria política y profesional. 

En Casares aprende a leer y a escribir, posiblemente gracias un maestro particular por medio de la legalmente autorizada «enseñanza doméstica». Pero a pesar de salir de su pueblo para trabajar como notario, mantiene continuas visitas con sus «correligionarios», con quienes se cartea con frecuencia. Allí siguió siendo querido y apreciado. En esta carta podemos encontrar un ejemplo:

«Mi querido amigo: Ha sido en mi poder su última, la cual tanto a mí como a los demás compañeros nos ha sido de la mayor satisfacción, pues en esta como en todas las suyas vemos perfectamente el apóstol de fe inquebrantable al que quisiéramos imitar en todo cuanto nos fuera posible».

Más adelante, se critica la institución del «Somatén». Cuerpo parapolicial creado en 1923 por Alfonso XIII y el Dictador Primo de Rivera, con el objetivo de mantener el orden público y defender la Dictadura en toda España. 

«Aunque no comprendíamos lo contradictorio que era a nuestra idea, no nos fue simpática la institución (somatén) y por nada del mundo perteneceríamos a ella sin conocer su opinión que apercibidos de ella nos damos verdadera cuenta de la distancia que existe de esa institución y nuestro ideal».

Por último, la carta proporciona un dato revelador y desconocido: informa a Infante del nombramiento por parte del Delegado Gubernativo de «tres concejales regionalistas» en la Junta Municipal de Estepona. El autor de la carta expresa su satisfacción porque «eso nos prueva (sic) que se va reconociendo nuestra causa favorablemente y segundo porque ya teniendo en el municipio alguna representación tenemos más medios de ir laborando en pro de nuestras doctrinas».

Este testimonio demuestra la implantación del andalucismo en la comarca. Por tanto, no es de extrañar que tan sólo cinco años antes, Blas se presentara a las elecciones a Cortes por este distrito. Lo cual denotaba no sólo el interés de los andalucistas por obtener un escaño, sino también el apoyo social conseguido. 

Manuel Hijano del Río, Profesor de la Universidad de Málaga.